26 mayo 2006

Perito Moreno. 3



El padre de los parques nacionales.

El Perito Francisco P. Moreno fue uno de los primeros naturalistas que hubo en nuestro país, además de ser una excepcional figura de la historia nacional. Nació en Buenos Aires el 31 de mayo de 1852, y murió en la misma ciudad el 22 de febrero de 1919.

3º PARTE

Cuando surgió la idea de agregar este museo a la Universidad, transformándolo en Facultad de Ciencias Naturales, Moreno renunció a su cargo vitalicio de Director del Museo. No estaba de acuerdo con la anexión propuesta: pensaba que el establecimiento por él creado debía dedicarse a la investigación del territorio y de su naturaleza y no quedar expuesto a los vaivenes de la política universitaria. La incorporación del Museo a la Universidad significó modificaciones esenciales en su finalidad y en su estructura: las instalaciones se redujeron, parte de su biblioteca se distribuyó entre otros institutos universitarios y su imprenta pasó a pertenecer a la provincia.



En 1879 Moreno volvió a la Patagonia septentrional. A cargo de un pequeño e inapropiado barco, su viaje tenía la misión oficial de buscar, como se decía entonces, "tierras aptas para la colonización". Pero una vez en Viedma, convencido de que lo más urgente era explorar la zona del Nahuel Huapi, partió a caballo hacia el oeste y recorrió más de mil kilómetros recogiendo datos valiosos para su futura obra geológica. En el periplo, fue hecho prisionero por los indios pero logró huir.
Pasado aquel trance decidió partir hacia Europa, donde estudió con los más célebres maestros. De vuelta en Buenos Aires, algunos años después, encontró cautivos del gobierno a los mismos caciques que lo habían tenido cautivo a él e hizo todo lo posible por salvarlos, defendiéndolos ante la opinión pública y ocupándose de sus necesidades.
Además de sus numerosos viajes de estudio al sur argentino, Moreno recorrió la cordillera de los Andes, desde Mendoza hasta la puna de Atacama, interesado en la interpretación de la frontera occidental argentina. En 1896, ya reconocido internacionalmente por sus exploraciones y estudios, era una autoridad indiscutible en su materia, el mayor expedicionario del país, un gran aventurero y un profundo conocedor de la geografía nacional. Surgió entonces la cuestión de límites con Chile. El tratado 1881 establecía como frontera las cumbres que fueran divisorias de aguas, pero la demarcación efectiva de la frontera estaba sometida al laudo arbitral del gobierno inglés. Como perito oficial argentino en el litigio, en pocos meses Moreno preparó su obra Frontera argentino-chilena, que es una síntesis notable de la geografía de las fronteras de nuestro país, y en 1896 viajó a Londres para facilitar el laudo arbitral de la Reina de Inglaterra y presentar una síntesis excepcional sobre el conflicto que permitiría recuperar para el país una gran superficie. Gracias a esta labor, en 1902, recibió la Medalla del Rey Jorge IV y, al año siguiente, 25 leguas de tierras en la Patagonia en carácter de homenaje nacional. De esas tierras donó una parte al gobierno para la construcción del Parque Nacional Nahuel Huapi. La Universidad de Córdoba, además lo nombró "Doctor honoris causa". A su vez, también del extranjero recibió múltiples reconocimientos, las más célebres instituciones científicas y las más famosas universidades le otorgaron diplomas y medallas.
Su último viaje al sur los realizó en compañía del ex-presidente norteamericano Theodore Roosevelt, en 1912.
Entre sus principales obras pueden citarse: Viaje a la Patagonia Septentrional y las Notas preliminares sobre una excursión a los territorios de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. También produjo importantes conferencias como El estudio del hombre americano y Patagonia, resto de un continente desaparecido. Infinidad de trabajos y de informes sobre la Patagonia y la obra del Museo de La Plata complementan su labor de difusión.
Retirado ya de su actividad de explorador, Francisco P. Moreno fue en 1913 presidente del Consejo Nacional de Educación y diputado nacional entre 1910 y 1913; desde este cargo impulsó la legislación para promover los estudios científicos.
Murió en 1919, sumido en la mayor pobreza. Por desavenencias circunstanciales que había mantenido con el gobierno nacional, éste no envió representación oficial a sus exequias. Recién en 1944 sus restos fueron trasladados a la isla Centinela, en el Lago Nahuel Huapi, en una suerte de desagravio nacional a su memoria. Actualmente el glaciar del Lago Argentino, que él descubrió, lleva su nombre.

Selección del temática: MONICA TORREZ Adscripta Introducción al Turismo
Fuentes: www.losglaciares.com ; www.educar.edu.ar